La virtud de esperar
Últimamente
he escuchado mucho la frase “ten paciencia”, “es cuestión de esperar”. Y hay
que ser sinceros, es lo que menos nos gusta hacer, esperar.
Como
dice el refrán “no por mucho
madrugar amanece más temprano”, la impaciencia y desesperación que produce
el no tener respuesta de lo que sea que
quieras saber o que aún no pase nada es difícil de controlar. Ni el enfado ni
la desesperación harán que las cosas vengan más rápido, al contrario, hará del
tiempo algo infinito.
Cuantas
personas están esperando respuesta de Dios, cuántos están esperando algo que
les cambie la vida, cuántos están esperando por esa persona, ¿en qué momento
veré los resultados de todo lo que he hecho? Yo me lo he preguntado.
Si le has pedido algo a Dios, ¿cuánto tiempo se ha tardado? quisiéramos que a la
mañana siguiente todo tuviera respuesta, pero las cosas no son así de
sencillas. A veces eso pasa, cuando le pedimos algo y lo queremos ya, quizás
aún no estemos listos/as. Estamos acostumbrados a hacer las cosas esperando
algo a cambio, queriendo obtener respuesta a corto plazo, es nuestra
naturaleza. ¿Pero y si no pasa nada? Si
siembras en octubre no esperes cosechar en noviembre. Las cosas más
importantes en esta vida son a largo plazo.
En mi opinión, ser paciente no es quedarte de
brazos cruzados hasta que Dios acuda a nuestros pedidos. Ser paciente es utilizar todo el tiempo que tienes para prepararte
para lo que en el futuro viene a tu vida, es decir, para lo que Él tiene
preparado para ti.
¿Cómo aprendemos a ser pacientes? Quizás le has pedido más paciencia, y posiblemente
te comenzaste a estresar más, a desesperarte más y más rápido de lo que
imaginabas. Entonces no entiendes por qué en vez de que te diera más paciencia,
te dio más preocupaciones. Aprendemos de las experiencias, por medio de
las situaciones que vivimos. ¿Quieres paciencia? Vas a tener muchas
situaciones para que seas cada vez más paciente, aprenderás y tendrás muchas más
oportunidades para esperar de la mejor manera.
Aunque
no lo creas, ¡tendrás tiempo para todo!, disfruta de la vida. Suelta el
acelerador por un momento.
Eclesiastés 3: 1-8 “Todo tiene
su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un
tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo
para cosechar;… un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para
estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; un tiempo para rasgar, y un
tiempo para coser; un tiempo para callar, y un tiempo para hablar; un tiempo
para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para
la paz.”
No
busques resultados rápidos, evita la gratificación inmediata no le
suman nada duradero a tu vida. La invitación es a ser pacientes, a nunca perder
la fe. Dios tiene grandes cosas para ti, lo que pasa es que aún no ha
amanecido.


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